NOS HA DEJADO RICARDO BOFILL.
Se graduó en Arquitectura en la Escuela de Barcelona y en la Escuela de Ginebra.
Fundó en 1963 el Taller de Arquitectura con un equipo multidisciplinar formado no solo por arquitectos, sino también por otros profesionales y artistas.
Un estudio de arquitectura basado en una estructura que busca alcanzar la mayor calidad posible, capaz de concebir y llevar a cabo proyectos en todo el mundo.
Con este objetivo, el “Taller” utiliza todos los medios a su alcance: técnicas modernas, recursos humanos, la experiencia profesional de cada una de las personas y la organización eficiente de su estructura.
Este equipo multidisciplinario e internacional emprende proyectos de planificación urbana, infraestructuras de transporte, entretenimiento, construcción de viviendas y oficinas.
En su concepción, estos proyectos incluyen los componentes relacionados con el diseño: muebles, esculturas e interior design.
A partir de 1979, las actividades del Taller de Arquitectura se concentraron principalmente en Francia, con la construcción simultánea de cuatro proyectos: “Les Arcades du Lac” y “Le Viaduc” en Saint-Quentin-en-Yvelines, “Les Espaces d’Abraxas” en Marne-la-Vallée; “Les Echelles du Baroque” en el distrito XIV de París; así como Antigone en Montpellier.
Los estudios de Bofill sobre la utilización de unidades de hormigón prefabricado contribuyeron durante los años 80 a la afirmación de la validez de las formas clásicas y la geometría en la arquitectura contemporánea.
La introducción del vidrio y del aluminio en los 90, supuso el resultado de un proceso marcado por el estudio y la investigación de las formas y los materiales.
El año 2000, Bofill agrupó su actividad en España, desde su sede instalada en una antigua fábrica de cemento en Sant Just Desvern, el Taller de Arquitectura liderado por Bofill mantiene el espíritu y la filosofía que motivaron al equipo a principios de los 60 para realizar proyectos internacionales desde la escala urbana, contribuyendo así a un nuevo “urbanismo integrado”.
Proyectos como la “Place de l’Europe” en Luxemburgo, la “Prolongación de la Castellana” en Madrid, la “Central Artery” en Boston, infraestructuras de transporte como la Terminal 1 del aeropuerto de Barcelona, equipamientos culturales, deportivos y comerciales en Europa, Estados Unidos y Asia; edificios de viviendas sociales y de lujo, desde Dakar a Estocolmo, desde Pekín a París; edificios de oficinas y de importantes compañías de los Estados Unidos, Francia, España.
La reputación internacional de Ricardo Bofill reside en su capacidad de diseñar y construir con éxito en un gran número de países y contextos diversos. Sus obras confirman su capacidad de diseñar en armonía con las diferentes culturas locales como resultado de combinar su know-how y su experiencia global.
Desde sus innovadores conjuntos de vivienda colectiva de sus primeros años, como los conocidos Walden 7 y la Muralla Roja, hasta infraestructuras como el Aeropuerto de Barcelona, pasando por la sede corporativa de Shiseido Ginza en Tokio y la de Cartier en París, y proyectos más actuales como la Universidad Mohammed VI con sedes en Ben Guerir y Rabat, Ricardo Bofill ha destacado por cuestionar el pensamiento dominante en arquitectura.
De esa filosofía ha nacido una ingente obra –alrededor de mil obras en cuarenta países– muy variada en su expresión estilística, arraigada al lugar, con un fuerte componente de innovación y riesgo.
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