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LE PETIT CABANON | LE CORBUSIER

Una cabaña de 3,66 x 3,66 mts

Una pequeña casa de vacaciones, la única vivienda que diseñó para el mismo, de apenas 16 metros cuadrados, hecha totalmente con madera y con solo con los elementos esenciales en su interior.

Un recinto rectangular de una planta de medidas precisas: 3,66 x 3,66 mts y una altura de 2,66 mts, la de la mano levantada del hombre ideal.  Las dimensiones de ese cubículo elemental correspondían con exactitud así al canon dictado por la serie numérica del Modulor Azul. Una expresión de sumisión extrema a aquella racionalidad ideal pensada por el propio arquitecto.

Todo está conformado de la manera más simple y con suficiencia respecto a las necesidades básicas.

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Junto a la entrada y oculto a la vista por una simple cortina de color rojo, el retrete. El espacio habitable se reserva para dos camas y una mesa que se apoya sobre la pared y un único pilar circular de madera. En una esquina, la pieza del lavabo para refrescarse en acero inoxidable, dando frente a un pequeño armario auxiliar que separa de una de las camas. Y en el otro extremo, estableciendo una separación respecto al acceso, el armario principal para guardar los escasos enseres precisos en las vacaciones. Dos pequeños taburetes conformados con cajas de madera a modo de gavetas sirven para sentarse y almacenar algunas cosas.

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Los huecos están estudiados para ofrecer dos servicios esenciales: vistas del espacio exterior y ventilación. Tras el retrete una larga y estrecha ranura vertical abatible para lograr una rápida evacuación de olores. Sobre una de las camas, una pequeña ventana rectangular desde la que se vislumbra el verde de la vegetación en la parte trasera. Sobre la pared de la entrada, el artista pintaría uno de sus típicos diseños de formas de colores intensos en azul y amarillo.

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Exteriormente, el mínimo edificio está recubierto por piezas sin desbastar de corteza de pino. La cubierta se compone con simples planchas de fibrocemento que, junto con unos tableros en falso techo que se separan una distancia suficiente para permitir el aireamiento y atenuar así la acción del soleamiento de una manera elemental. Interiormente, el espacio y el esencial mobiliario se conforman mediante tableros contrachapados de madera. Todo ello se soporta en un armazón de piezas rectangulares del mismo material. La separación entre ambas pieles se aprovecha para colocar los necesarios aislamientos así como las simples redes de fontanería y electricidad.

El Petit Cabanon es un contrapunto extremo a esa arquitectura de máximos que se produce en el momento culminante de su carrera.

Años más tarde y a escasos metros de la primera cabaña, Le Corbusier construiría otra pequeña construcción exenta que destinaría a taller personal. Un lugar en el que pensar en soledad y expresar sus ideas sobre el papel. Es otro recinto cúbico simple bajo una cubierta de fibrocemento a un agua donde poder retirarse frente al mar y el horizonte. A este segundo habitáculo se accede por un pequeño sendero que conecta con ese extremo dela parcela. Arquitectónicamente, carece de la intensidad poética de la primera cabaña, dedicada a su mujer. Es, simplemente, un espacio utilitario.

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Un espacio en el que el artista busca la soledad con los próximos y el aislamiento mental con la exclusiva compañía del rumor de las olas, la brisa marina y el aroma de la vegetación del escueto jardín sobre el acantilado, compuesto de eucaliptos, limoneros, acantos, aloes, etc.

En sus estancias allí, Le Corbusier acostumbraría a adentrarse en el agua cristalina dos veces al día, descendiendo para ello por la roca las decenas de metros que le separaban de la escasa playa de cantos rodados. Allí mismo, moriría en el mar de un ataque al corazón en 1965.

Es muy sorprendente que uno de los más afamados arquitectos del siglo XX se propusiera acometer este trabajo personal de extrema austeridad en los años de mayor intensidad de su producción arquitectónica. Lo que proponía para sí mismo -y para aquellos próximos- refleja el máximo despego a los bienes terrenales. Una manifestación edificada que es como un golpe directo a la ambición y a la expresión de la riqueza material.

Una declaración de cuales son de verdad las necesidades humanas y que, en su esencialismo, debemos considerar una forma expresiva que desprende una profunda vena poética.

Información extracta de:

https://arquiscopio.com/archivo/2013/09/03/petit-cabanon/

http://espaciosdemadera.blogspot.com/2012/05/le-cabanon-de-le-corbusier.html

https://www.dezeen.com/2009/03/06/le-corbusier%E2%80%99s-cabanon-the-interior-11/

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